lunes, 1 de junio de 2020

ECONOMÍA, SALUD Y TERRITORIO



Fuente: Organización Mundial del Comercio

ECONOMÍA, SALUD Y TERRITORIO

Diana Durán



Ecuación difícil por estos días la que combina los términos economía, salud y territorio. Sin embargo, podemos examinar algunos conceptos y argumentos que permiten relacionarlos en tiempos de la pandemia por COVID 19.


Como sabemos, el territorio es poder en relación con las relaciones internacionales, los transportes y las comunicaciones, entre otros aspectos. Las relaciones internacionales en tiempos del COVID 19 están trastocadas de tal manera, que de la intensa globalización se pasó súbitamente a fronteras aisladas que, en términos geopolíticos, vuelven a poner en el centro la relevancia del Estado Nación que las ciencias sociales consideraban declinante. Sin embargo, hoy se pone el acento en las diversas situaciones por la que pasan los Estados según sus contextos sanitarios frente a la pandemia. Italia, España, Estados Unidos, Reino Unido, China dan cuenta de ello. Sus evoluciones en torno a la pandemia han sido diversas y complejas.  


Los transportes se han transformado completamente, dado el colapso de los medios aéreos, terrestres, fluviales y marítimos, cada uno con su diversidad de escenarios y circunstancias. Las comunicaciones, en cambio, tienen un papel cada vez más que relevante en la nueva situación planetaria, en la que las actividades virtuales constituyen una necesidad básica indiscutible.


Lo cierto es que los Estados coexisten bajo una permanente situación de tensión internacional en la que el mentado sistema mundo, la economía capitalista y la multipolaridad se ven trastocados por la pandemia global.  


El sistema mundial, los estados y las localidades se transforman en sus vínculos, tan investigados por el sociólogo Immanuel Wallerstein y el geógrafo Peter Taylor para constituirse en una nueva organización de territorios y redes que abre campos de investigación renovados e ilimitados.


Los geógrafos sostenían antes de la pandemia que la globalización había derrumbado la idea de vivir en territorios cerrados y delimitados por los límites políticos de los Estados nacionales, mientras que en un “mundo sin fronteras”, la noción de Estado era insuficiente para la organización de las actividades humanas y económicas. Es ostensible que las ciencias sociales deberán rever sus teorías frente a la pandemia que ha devuelto un papel significativo a los Estados y también a las ciudades.

Las ciudades, la migración y el comercio han sido los principales catalizadores del progreso durante los dos últimos siglos. Pareciera que debiéramos rever estas afirmaciones frente a las consecuencias de la pandemia, con ciudades globales amenazadas, migraciones y comercio interrumpidos. Pero, asimismo, habría que contraponer, por ejemplo, nuevas formas como el comercio electrónico como el de la empresa Amazon, una de las ganadoras en la crisis del coronavirus, con clientes gastando cerca de US$ 11.000 por segundo. (BBC Mundo)
Repensar lo local


En la actualidad, las comunidades intensifican la dimensión (territorial) local, como un espacio recuperado de solidaridad, con nuevas formas de construir comunidades a través de múltiples modalidades, que deberían convertirse en nuevas oportunidades para el desarrollo. A ello se agrega la intensificación de los intercambios sociales, culturales y económicos que se realizan a través de la red, como el teletrabajo, la educación virtual o a distancia, la eclosión de las webinars (entre estudiantes y docentes, gestores, políticos, familias, y otros actores sociales) y el renovado papel de las redes sociales.

Los sistemas locales ya no se verán tan “sometidos a la globalización” sino que podrán reinventarse al haber regiones y localidades ganadoras y perdedoras y nuevas oportunidades que no se deben desechar.  Por ejemplo, en esta pandemia se ha vuelto al barrio, a las actividades próximas desde el punto de vista territorial, y a la revisión de la movilidad con lo cual también se modifican los modelos de producción y de consumo en las ciudades.

Habrá que repensar estas cuestiones en nuestro ámbito local (Punta Alta y Coronel Rosales) y evitar sumirse en la coyuntura por sobre el desarrollo local. A pesar de las emergencias, también es indispensable poner énfasis en los temas estructurales del territorio y la sociedad local, como el ordenamiento territorial, la planificación, el nuevo Código de Zonificación, entre otros.
David Harvey explicaba en 2005 y mantiene su vigencia, que la relación entre las escalas es compleja y el sistema-mundo no anula lo local, sino que se multiplican los actores subestatales y locales, y propone buscar “espacios de la esperanza que integren el desarrollo social y, agregamos, local.


Pensar el futuro


Reflexionemos también que a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (erradicar la pobreza y el hambre, la educación universal, la igualdad entre géneros, la reducción de la mortalidad infantil, la mejora de la salud materna, el combate del VIH/SIDA, la sostenibilidad del medio ambiente y la asociación mundial) habrá que agregar la pandemia del COVID 19 y la revisión profunda de todos aquellos.

Pedro Reques Velasco (2020) propone “reinventar el futuro” en base a pilares como la innovación, la ciencia, la tecnología, los servicios públicos de calidad, la sustentabilidad del ambiente, la agricultura familiar, el turismo sustentable, el comercio de proximidad, el capital humano y una industrialización basada en de investigación y de desarrollo tecnológico con capacidad para dar respuesta a las cadenas de suministro básicas ligadas a este tipo de crisis sanitarias.

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